En
la ciudad de Paraná, capital de la Pcia. De
Entre Ríos, tuve la oportunidad de ver un OVNI…, sí, sin dudarlo; fue realmente
un Objeto Volador No Identificado. En el
verano de 1970, estaba alojado en casa
de Antonio, disfrutando de unos días tranquilos, en esa ciudad tan agradable
aunque también calurosa en esa época del año. Después de cenar y quedarnos
conversando con Antonio hasta tarde, en una galería frente al jardín trasero de la casa,
decidimos quedarnos a dormir en ese mismo lugar a causa del calor. Acomodamos los colchones
sobre el piso de cerámica y después de darnos las buenas noches nos disponemos
a dormir. Ya entrando en el sueño noto que un resplandor penetra por mis ojos cerrados y lo asocio con
un bombillo encendido de una casa vecina que molestaba. Lo ignoro e intento meterme en el sueño, pero en
realidad la luz provenía de otra fuente. De improviso me despierta Antonio, que me llama desaforado… Sobresaltado veo
frente a nosotros a una
distancia como de un kilómetro una nave…,
toda luz…; que va de izquierda a derecha,
lentamente, como a unos treinta grados
sobre el horizonte. Tenía forma de un cigarro. El estupor es indescriptible,
quedamos mudos unos instantes hasta que salió del campo visual por la
copa de unos árboles que la ocultaba. Después de reaccionar y preguntarnos
mutuamente sobre lo que habíamos visto., pensábamos que mañana todo Paraná hablaría de ello. Por
increíble que parezca, nadie vio nada , hasta Antonio fue a la redacción de un
periódico local y le respondieron que no
tenían ninguna noticia sobre ese hecho. Es probable que por lo avanzado de la
hora que sucedió; sería medianoche;
alguien o algunos pocos lo hayan visto pero no comunicaron, también es
posible que fuera por la brevedad de su
paso. Lo cierto fue que no nos quedaron
dudas de lo que vimos; no fue nada corriente y por sobre todo fue espectacular.
Hoy pienso, por que sería que la existencia nos regaló esa agradable
experiencia….., seguramente ya Antonio
lo sabe; él hace tiempo que se ha ido
para aquellos mundos donde lo corriente y lo cotidiano debe tener mucho que ver
con esa maravilla que nos tocó ver aquella noche inolvidable y
calurosa de verano.
Estas anotaciones forman parte de recuerdos, de acontecimientos que pasaron, unos distantes en el tiempo, otros más recientes y que tienen para mí algún valor anecdótico o simplemente pretenden ser testimonios, evocaciones, sencillos homenajes a instituciones, personas, etc. Son sucesos aislados no correlativos, los más con fechas imprecisas, que no obedecen a ningún orden cronológico sino que brotan espontáneamente de la mente.
.
Para reafirmar lo anteriormente expresado, las presentes líneas no dejan de ser un humilde testimonio personal con el deseo de que algo de lo que fue parte de la vida quede escrito y sirva como referencia circunstancial. A pesar de ello estimo la opinión del desaparecido Dr. Eleazar Silveira, ilustre medico quien expresara que ésta era una forma de hacer catarsis. Buscando esta palabra en el diccionario, encuentro: “CATARSIS. (Del griego kátharsis, purificación) f. En estética liberación o cura de los males del espíritu gracias a las emociones provocadas por uno u otro arte”. Pienso que su opinión fue acertada. De la misma manera que la confesión bien entendida, libera al ofensor de la pesada carga que soporta su conciencia. Pero por sobre toda explicación, he disfrutado enormemente haciéndolo.
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